Cada uno de los relatos es un universo en sí mismo lleno de elementos que escapan a la realidad más racional y, que quizás por ello, son sumamente perturbadores e inquietantes; ya que no dejan de ser un reflejo distorsionado (o no tanto) de una realidad demasiado cercana.
En este libro, nuevamente nos encontramos con doce historias repletas de horror y maldad, de gente sombría y lugares no tan soleados.
- Mis muertos tristes: en un barrio decrépito que convive con la violencia, las drogas y el abandono institucional, una mujer se niega a abandonar su casa porque en ella vive aún el fantasma de su madre.
Un hecho que pronto se extiende a sus vecinos, pero ella es la única que es capaz de convencerlos de abandonar o dejar tranquilos a sus vecinos.
Este relato es uno de los que más me ha gustado por su capacidad de mostrar las contradicciones sociales, los mitos que construimos (por ejemplo entorno a la muerte sabia o el inmigrante digno); a la vez que pone de relieve la soledad de las víctimas dentro de un entorno que debería ser seguro.
- Los pájaros de la noche: una adolescente que tiene una enfermedad que provoca que su piel se pudra relata la relación con el resto de su familia. Con la que más relación tiene es con su hermana, que quiere hablar con los pájaros, conoce las leyendas y vive con miedo a convertirse en un pájaro (todos ellos son mujeres que fueron castigadas).
Aquí encontramos el tema del deterioro del cuerpo (bastante habitual en los relatos del libro) entremezclado con la construcción del imaginario social en el que las mujeres que desobedecen o muestran comportamientos independientes son castigadas (al contrario que los hombres).
- La desgracia en la cara: una mujer empieza a ver como su cara desaparece, como si fuera borrada con el photoshop. A través de su hermano descubre que a su madre le pasó lo mismo y ello fue fruto de un trauma que arrastró durante años (tras una violación siendo una adolescente). Poco a poco la pérdida del rostro, hace que pierdan su identidad.
En un principio me desconcertó porque comienza con un narrador hombre y es algo que no es habitual en los relatos de Enriquez. Pasado este punto es un buen relato sobre la invisibilidad de las mujeres y la cultura que impone a la víctima a callar.
- Julie: una joven habla sobre su prima que regresa de EEUU porque sus padres ya no sabe cómo gestionar la enfermedad de Julie. Ella empezó teniendo amigos imaginarios, pero ahora mantiene relaciones sexuales con entes (inevitable recordar la película).
El relato va conduciéndote por una linea muy fina entre la enfermedad mental, la soledad de Julie y la gestión emocional a través de la comida. Además el final es capaz de desmontar toda la narración.
- Metamorfosis: una mujer cercana a la menopausia se tiene que operar por unos miomas en el útero. Una operación sin complicaciones, pero que acaba generando tanta angustia a la mujer que decide volver a introducirse esa parte del cuerpo extirpada.
Es uno de los relatos que más me ha gustado por poner de relieve la relación mujer-sanidad, que está marcada por una gestión poco eficiente de la información transmitida y un trato condescendiente, incluso forzando decisiones que deberían incumbir solo a la mujer; sin olvidar temas tan importantes como el deterioro del cuerpo y la percepción del mismo.
- Un lugar soleado para gente sombría: una investigadora de hechos paranormales se desplaza a un hotel para escribir un artículo sobre una joven que ha aparecido muerta en un depósito de agua y que ahora congrega a un grupo que se reúne allí para invocarla. Pero este viaje la lleva a visitar el hotel donde estuvo por última vez con su novio y la lleva a revivir su muerte.
Durante todo el relato he estado pensando que la historia la conocía y es que está basado en el caso real de Elisa Lam (soy poco avispada porque la autora ha mantenido hasta el nombre de la víctima),
- Los himnos de las hienas: una pareja está de visita familiar en el pueblo. Allí se construyó un zoo que sufrió un incendio donde murieron algunos animales y otros consiguieron escapar.
Una tarde deciden visitar un palacio abandonado, pero al entrar en una habitación llena de ropa acaban encerrados en otro lugar que no era el mismo y donde un hombre custodiado por dos hienas los acosa, ataca y tortura.
Otra vez nos encontramos con la casa encantada que tiene una puerta a otra realidad y que quizás por la falta de novedad es el que considero más flojo del compendio.
- Diferentes colores hechos de lágrimas: una chica compra unos vestidos para su tienda de segunda mano; se trata de unos vestidos fantásticos y de buena calidad que un hombre quiere vender tras la muerte de su mujer.
Cuando llega a la tienda ella y sus compañeras deciden probárselos, pero ante el espejo empiezan a ver moratones, cuchilladas y diversas heridas. Todo ello desaparece al quitarse el vestido.
Interesante narración en la que los vestidos son los testigos de las agresiones a la mujer que abandona a su marido y declaran los daños provocados por el maltrato.
- La mujer que sufre: una maquilladora empieza a recibir mensajes de una desconocida que se interesa por una amiga enferma. Ella enseguida la avisa del error, pero la mujer persiste y sigue enviando mensajes.
Ella empieza a ver señales de esa mujer y su sufrimiento (enferma de cáncer), hasta que una noche se convierte en ella.
Nuevamente encontramos temas como la enfermedad, el sufrimiento y la muerte.
- Cementerio de heladeras: una mujer recuerda el incidente que tuvo lugar cerca de una fábrica, en un cementerio lleno de frigoríficos donde jugaba. Allí una tarde decidieron averiguar quién resistía más encerrado dentro de uno, pero uno de los participantes acabó muriendo.
Su compañero y ella decidieron volver a meterlo en el frigorífico y abandonarlo; a pesar de que las autoridades lo buscaron lo dieron por desaparecido o huido. Ahora años más tarde tiene que cambiar de sitio el cuerpo porque van a desmantelar el cementerio de heladeras, pero su complice no se presenta y ella...
La muerte preside todo el relato, pero se trata de una muerte infantil que deja un mayor poso de tragedia (más cuando compara la nevera con un ataúd). Acompañando a este tema central está el olvido, la culpa y lo fácil que es gestionar el trauma (escondiéndolo bajo síntomas de enfermedad).
- Artista local: una pareja hace una escapada a un pueblo aislado que intentan reinventarse como pueblo turístico después de que cerraran la estación de tren. Pero cuando van a visitar la exposición del artista local, descubren el horror más lovecrafniano del conjunto de cuentos.
Un relato que podría desarrollarse perfectamente en cualquier pueblo de Teruel, esos lugares vacíos donde solo quedan ruinas de proyectos ferroviarios y carreteras solitarias.
- Ojos negros: unos trabajadores de una ONG que reparten comida a personas que viven en la calle, encuentran a dos niños que les piden entrar en la furgoneta. Una de las trabajadoras quiere dejarlos entrar, pero otra se niega en redondo al ver sus ojos completamente negros; al final la furgoneta arranca y es perseguida por los niños.
Una vez en las oficinas relatan lo ocurrido a su jefe que les concede unos días de permiso, al volver al trabajo la que quería dejar entrar a los niños no se ha presentado en su puesto.
Un relato en la linea de terror más clásico y con iconografía de leyenda urbana.