"Seizo recordaría durante el resto de su vida el viaje que ese día emprendió junto a Kenzaburo Arima. El verano arreciaba y el calor castigaba cruelmente a los viajeros, las piedras que salpicaban la senda estaban tan calientes que parecían a punto de resquebrajarse, y solo la sombra de los árboles ofrecía cierto alivio al caminante."
A 30 páginas de terminar el libro una idea ha pasado por mi mente: "a este novela le faltan 300 páginas".
En realidad no le faltan páginas ni mucho menos, simplemente era un modo de formular mi pena por terminar y salir del fabuloso mundo en el que he estado aislada estos días. Incluso, en un simulacro de esquizofrenia paranoide, he dejado de leer unos días para que me durara más... pero el final ha sido inexorable y me he conmovido y todo.
Lo mejor del libro la ambientación, los paisajes y el contexto, un trabajo increíble que logra transportarte a ese Japón lleno de samurais (y eso para alguien que defiende la cultura ancestral china es un logro).
Creo que en septiembre cuando me pregunten a dónde he ido de vacaciones responderé sin lugar a dudas que a Japón.
El libro comienza con la huida de Kenzaburo Arima y Seizo Ikeda, tras la masacre de todo el clan Ikeda.
Es el inicio de un camino de venganza y muerte que arrastrará a Seizo a descubrir que oscuras sombras se ocultan en la matanza de toda su familia.
Seizo único superviviente del clan se ve obligado a esconderse con una familia que lo acoge; durante estos capítulos no he podido evitar recordaba la serie Candy Candy. Sin embargo pasado este episodio nostálgico/friki he de reconocer que he sufrido por cada movimiento de Seizo y por saber cómo iba a salir de las encerronas en las que se veía envuelto... Además es un personaje que evoluciona a lo largo de la historia, ya que comienza siendo un niño hasta que finalmente es un adulto consolidado (si me permitís la expresión).
Kenzaburo será el samurai que mantenga con vida al único superviviente del clan Ikeda y que dedicará su vida a adiestrar a Seizo para que cumpla su venganza.
Por todo ello y por su muestra de abnegación a los códigos que dictan su vida. sin lugar a duda, es mi personaje favorito.
Por otro lado está Ekei Inafume, un médico que oculta algún que otro secreto y que intentará, por todos los medios, detener la guerra que parece inevitable. Para ello se infiltrará en el clan Yamada (y tiene habilidades de sobra para lograr su objetivo).
En lo que se refiere a la trama he de reconocer que algunos giros me han sorprendido, que cuando pensaba que no había salida algo rompía el esquema... pero un elemento que casi desde el inicio lo tenia bastante claro, un detalle intrascendente (no diré cual por no fastidiar) me puso sobre la pista.
Un novela muy recomendable, si ya con su novela de ciencia-ficción "Hijos del dios binario" me pareció increíble, ahora el tío se marca una novela histórica y me arrastra a un viaje por todo Japón.
Autor | David B. Gil |
Editorial | Suma |
Precio Aprox. | 19 Eur. |
Sentimiento* | Oh! Hay spin-off |
Valoración | |
Obtenido en | Regalo |
Fe de erratas: En la primera edición: abril de 2017
- Pág 612: "- Ahora lo sé, pero para la mí la vida no es tan sencilla, Seizo"
- Pág 705: "- ¿Tú me hablas de crueldad? ¿Tú , que juegas con la vida...?"