"Chicago es la ciudad que ocupa las plantas 721 a 760 de la Mónada Urbana 116. Memmon y Aurea Holston viven en un dormitorio para parejas jóvenes sin hijos en la planta 735. El dormitorio está ocupado normalmente por treinta y una parejas, ocho más de lo ideal."
Hay 8.000 millones de personas en el mundo, este número plantea problemas de densidad de población, de abastecimiento de alimentos y agua (más cuando el cambio climático se hace cada día más patente), residuos que generamos... Ahora imaginar un mundo dónde después del colapso hayamos logrado llegar a los 75.000 millones, eso sí, a cambio de vivir en mónadas (edificios de mil plantas) para poder dejar el resto al cultivo de abastecimiento de una población en crecimiento.
La novela nos adentra en la Mónada Urbana 116 (de la constelación Chipitts) donde nos paseamos por sus plantas conociendo a los habitantes, sus rutinas y hábitos. El cambio ha sido radical: una pérdida de intimidad, no hay conflictos, ni frustraciones, el sexo es practicado libremente, las drogas son distribuidas de forma generosa.... la infelicidad, el conflicto o la disidencia está prohibida (las opciones son un tratamiento con los ingenieros morales o las tolvas).
Cada capítulo nos adentra en una parte de la Mónada y en un personaje (aunque todos están interelacionados), pero realmente lo que tienen en común es su infelicidad. La ocultan, intentan lidiar con ella, pero es una constante que por mucho que manden personas a las tolvas sigue estando presente. Así vemos la huida de Michael Statler que anhela ver el mar y se encuentra con unos horizontales, Siegmund Kluver frena su carrera meteórica hacía la cima de la torre cuando ve la degeneración de las élites, Aurea que no quiere abandonar su mundo e ir a otra Mónada y cuando lo expresa es tratada químicamente para acatar la ley... Todos estos acontecimientos dejan un regusto amargo de soledad, incomprensión y de no tener escapatoria de una sociedad opresora (claustrofóbica).
Durante la lectura se navega por muchos conceptos; en un primer momento lo más obvio era tema expansionista y capitalista de nuestra sociedad, aunque después no lo tuve tan claro, dado que hay cierto estatus según asciendes (al final es cambiar una dirección por otra); además, al final del libro tampoco te hace un retrato más favorable de las élites de lo que pueda ser hoy.
Es curioso el capítulo en el que el historiador se dedica a elaborar una teoría sobre la posible adaptación genética de la población tras años de condicionamiento psicológico. Aunque, la idea que cruza transversalmente todo el libro es el análisis del aislamiento social, además de lo inexorable del inconformismo dentro de un grupo.
Sin embargo, hay ciertos elementos de la novela que me han inquietado bastante: como la edad de los personajes, que tienen a penas doce años cuando se casan (todos los personajes son adolescentes), la idea de que la mujer se quede en casa y se dediquen a actividades lúdicas (ya que hay alveolos de mantenimiento para los bebés) o que sean los hombres los que hacen las rondas nocturnas para practicar sexo. Esta última parte podría excusarla dado que la novela fue publicada en 1971, pero ya puestos a imaginar ¿por qué hay ciertos canones que siguen inamovibles? Hombre, si ya nos ponemos a criticar el puritanismo (incluso se hace mención a las relaciones entre hermanos como admisibles) me choca que se mantenga el patriarcado como un superviviente eterno pase lo que pase a nuestra sociedad.
Autor | Robert Silverberg |
Editorial | Orbis |
Precio Aprox. | 7 Eur. |
Sentimiento* | Soledad |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |