"Cuando Flor de Nieve y yo cumplimos once años, nuestros pies ya estaban curados del todo. Yo los tenía fuertes y perfectos; sólo medían siete centímetros...
Tal como la Señora Wang había vaticinado, la perfección de mis lotos dorados me aseguró un compromiso matrimonial afortunado."
Siempre que leo la sinopsis de un libro y pienso que puede ser interesante es porque presupongo que se centrará y desarrollará los elementos de la historia que me resultan más atrayentes. Obviamente, la triste realidad es otra, y en un porcentaje considerable los intrincados temas que mi mente desarrolla nada más leer la sinopsis no suele aparecer durante la lectura (llamarme perspicaz, pero empiezo a sospechar que mi mente va por libre. Eso, o soy más rara que un perro verde).
Cierto que la novela contaba con muchos elementos atractivos: situado en china durante principios-mediados del siglo XIX, protagonistas femeninas, existencia de un lenguaje secreto... Sin embargo, la sensación, que fue en aumento según iba leyendo, es la de haber vislumbrado muchos elementos interesantes, pero sin acabar de profundizar en las razones o el cómo se han gestionado. Además, me ha faltado un punto de profundidad, de empatía o de ver más allá del decorado; y no creo que sea un problema de incomprensión cultural, si no más bien de que la historia se ha quedado en las capas superiores de una relación de amistad entre dos mujeres (y esto es totalmente subjetivo, ya digo que mi mente va por libre).
La anciana Lirio Blanco recuerda su vida y se atreve a escribirla cuando ya no hay personas a las que pueda ofender. Recuerda su años de hija, sus años de cabello recogido, sus años de arroz y sal y, por último, sus años de recogimiento; pero sobre todo recuerda como todo cambio a partir de que ella y Flor de Nieve se hicieran laotong (alma gemela), a pesar de que sus condiciones eran totalmente distintas (una provenía de una familia campesina de Puwei y la otra de una familia importante de Tongkou). Y es a partir de la firma del contrato que las unió de por vida y que selló su futuro, cuando comienzan a comunicarse a través del nu shu (fue un error pensar qué sería un elemento importante y no sólo una excusa que aparece tangecialmente cuando conviene a la trama).
Por supuesto todos los personajes los vemos a través del velo del tiempo y de la persona de Lirio Blanco, lo que distorsiona la realidad; sin embargo, ella se convierte una ventana abierta a la habitación de arriba, al reino de las mujeres. Y con ella asistimos a los ritos, dolor, frustraciones, miedos, esperanzas... que los años han provocado, vivimos una vida llena de traiciones, desengaños y errores.
Y por supuesto que es muy interesante esta abertura hacía otra cultura y tiempo (salvando el hecho de que es una novela), pero no me basta con demostrarme que la autora se esmeró mucho en su investigación, si al final no hay un fondo en el que anclar las emociones.
Autor | Lisa See |
Editorial | Salamandra |
Precio Aprox. | 10 Eur. |
Sentimiento* | Nu shu |
Valoración |
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Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |