"A aquesta hora, pràcticament no hi ha pacients. Es respira un silenci avorrit, trencat només pel soroll de les petjades de la Lidia sobre les lloses del terra.
S'àtansa al taulell d'informació ple a vessar de fullets que expliquen els beneficis del suïcidi legal i d'altres que adverteixen de les sancions associedes a les morts il·legats."
El suicidio sigue siendo un tema controvertido, rozando el tabú y la estigmatización. Sin embargo, en otros como el aborto hemos conseguido derechos (que esperemos que se mantengan viendo lo que está sucediendo en EEUU) o como la muerte digna reconocida en la Ley Orgánica 3/2021 y son visibles socialmente.
Este vacío e invisibilidad del suicidio que solo encuentra eco en las campañas de prevención o en los folletos de grupos de ayuda a las familias en duelo por suicidio; y precisamente este aspecto es el que me ha llevado a leer una novela que plantea la hipótesis de una sociedad en la que el suicidio tiene es legal.
Debido al aumento de los suicidios como daño colateral de la pandemia el Gobierno se ve forzado a aprobar un paquete de medidas para hacer frente a la situación de emergencia sanitaria. Así nacen los Centros de Asistencia al Suicidio donde las personas pueden iniciar los trámites de solicitud.
Queralt trabaja en uno de estos centros, pero un día ve un expediente con el nombre de su hermana. En estado de shock vuelve a casa pensando que no le encaja la solicitud con el carácter de su hermana (más cuando el motivo es "depresión post-vacacional"); comienza a replantearse muchas cosas, hasta que decide hablar con su hermana y hacer que cambie de idea.
Por otro lado, tenemos a Lídia, una activista de stop suicidios. Una actividad de riesgo ya que suelen ser objeto de agresiones y no cuenta con el respaldo de la sociedad.
Ellos se manifiestan a las puertas de los centros y tienen grupos de apoyo para personas que quieren suicidarse legalmente. Pero un día, le comunican la muerte de una chica que acudía al grupo y había decidido anular su solicitud a pesar de tener une enfermedad terminal.
A Lidia no le cuadra y comienza a investigar...
A través de estos dos personajes que defienden posturas opuestas y con el apoyo de recortes de prensa que se incluyen al final de cada capítulo vamos viendo la hiperregularización de suicidio, la sanciones y el estigma que comporta el suicidio ilegal o la fina y sutil diferencia entre matarse y morirse.
Un relato que juega con la idea de la legalización del suicidio llevado a un extremo, pero lo que me ha parecido más interesante es la relación entre este proceso tal y como lo describe y los centros de aborto (las protestas a la puerta, el papeleo, incluso los médicos infiltrados que previamente intentan convencerte de cómo realizar o no el proceso...).
Te pone en una tesitura muy interesante.
Obviamente, también podemos obtener la lectura de qué valor tiene la vida o cómo la gestión del proceso puede convertirse en algo demasiado burocrático, aséptico y donde finalmente las grandes compañías acaban viendo un nicho que explotar.
Y todo ello, envuelto en una ucronía con toques de thriller.
Autor | Mariló Àlvarez |
Editorial | Alrevés |
Precio Aprox. | 17 Eur. |
Sentimiento* | Morirse, matarse, suicidarse... |
Valoración | |
Obtenido en | Gigamesh |