El mes pasado os propuse una película para tener un rato de tranquilidad con los más peques de la casa en el confinamiento que acababa de empezar.
Varias semanas más tarde, con los nervios crispados, todas las manualidades, recetas, actividades... agotadas y con la certeza de una nueva prorroga, quizás ya no se tiene la misma gracia a la hora de afrontar las propuestas bienintencionadas que corren por internet (o igual sois del tanto por ciento que aún mantiene la moral alta).
Lo que os propongo este mes no es muy original, pero soy de la firme creencia que los clásicos siempre son una apuesta segura. Así que os sugiero la adaptación de una novela de Oscar Wilde:"El fantasma de Canterville" (hay numerosas adaptaciones al cine y teatro, así que si no os gusta la que propongo es cuestión de buscar otra).
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