"Miraba fijamente su parte delantera, dónde tenían las protuberancias. Ahora no le parecían tan horribles. Había visto bebés monstruo, con sus enormes hinchazones: tal y como ya había percibido, desproporcionadas respecto al resto de su cuerpo."
Me he dado cuenta que, sin ningún tipo de premeditación, últimamente mis lecturas son bastante feministas; así que si estáis aburridos/as con el tema podéis esperar a la próxima semana y esperar que se me pase un poco la fiebre... aunque creo que lo mejor será ir alternando un poco con otros géneros.
Mi primera incursión en la obra de la Premio Nobel de Literatura Doris Lessing ha sido curiosa cuanto menos; lo primero que me ha chocado es el modo de narrar (no sé si es únicamente esta novela o es un rasgo característico de su literatura) y respecto a la historia tengo cierta ambigüedad: por un lado me parece magistral como del relato inicial femenino (ya que solo existían mujeres), se pasa al enfrentamiento "nosotras-ellos" y después se va pasando paulatinamente a la crónica masculina (desdibujando cada vez más a las mujeres y en un constante menosprecio hacía su esencia). Sin embargo, el contrapunto del historiador romano que va relatando estos primeros días de la vida en la tierra y aportando algunos comentarios a los acontecimientos que va recopilando no me ha resultado de mayor relevancia y ha supuesto una ruptura en el relato que no acabo de entender.
Como la propia autora reconoce la idea de "La grieta" surge de la lectura de un artículo científico en el que se comentaba que el ancestro humano seguramente fuera una mujer y que los hombres, probablemente, surgieran con posterioridad. Y a partir de esta premisa, Lessing, recompone un relato lleno de puntos de inflexión, adaptaciones, enfrentamientos, dudas y preguntas sobre la realidad.... En definitiva, dibuja un escenario abocado a la transformación y a la pérdida de una vida idílica por la aparición de una mutación (los monstruos, también llamados chorros u hombres).
Un relato descorazonador sobre cómo la asunción de roles acaban siendo asumidos tácitamente por la supervivencia o la adaptabilidad a las nuevas normas del juego.
Mi primera incursión en la obra de la Premio Nobel de Literatura Doris Lessing ha sido curiosa cuanto menos; lo primero que me ha chocado es el modo de narrar (no sé si es únicamente esta novela o es un rasgo característico de su literatura) y respecto a la historia tengo cierta ambigüedad: por un lado me parece magistral como del relato inicial femenino (ya que solo existían mujeres), se pasa al enfrentamiento "nosotras-ellos" y después se va pasando paulatinamente a la crónica masculina (desdibujando cada vez más a las mujeres y en un constante menosprecio hacía su esencia). Sin embargo, el contrapunto del historiador romano que va relatando estos primeros días de la vida en la tierra y aportando algunos comentarios a los acontecimientos que va recopilando no me ha resultado de mayor relevancia y ha supuesto una ruptura en el relato que no acabo de entender.
Como la propia autora reconoce la idea de "La grieta" surge de la lectura de un artículo científico en el que se comentaba que el ancestro humano seguramente fuera una mujer y que los hombres, probablemente, surgieran con posterioridad. Y a partir de esta premisa, Lessing, recompone un relato lleno de puntos de inflexión, adaptaciones, enfrentamientos, dudas y preguntas sobre la realidad.... En definitiva, dibuja un escenario abocado a la transformación y a la pérdida de una vida idílica por la aparición de una mutación (los monstruos, también llamados chorros u hombres).
Un relato descorazonador sobre cómo la asunción de roles acaban siendo asumidos tácitamente por la supervivencia o la adaptabilidad a las nuevas normas del juego.
Autor | Doris Lessing |
Editorial | Lumen |
Precio Aprox. | 19 Eur. |
Sentimiento* | Nosotras-Ellos |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
Fe de erratas: en la primera edición de noviembre de 2007:
- Pág 72: ".... pero no sabían qué era aquello que sus chorros anhelaban; y se obligban con todo su ser a desearlo, a requerirlo."
- Pág 72: ".... pero no sabían qué era aquello que sus chorros anhelaban; y se obligban con todo su ser a desearlo, a requerirlo."
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