lunes, 27 de noviembre de 2023

Pioneros (Willa Cather)

"No es extraño: sólo hay dos o tres historias humanas, y se repiten una y otra vez con tanta intensidad como si no hubieran ocurrido nunca antes; son como las alondras de este país, han estado cantando las mismas cinco notas durante miles de años"

En 1865, Willa Whitman, publicaba "Hojas de hierba", un libro de poemas en el que se incluyen "El pasado y el presente se marchitan", "¡Oh, mi yo!¡Oh, mi vida!", "Canto a mí mismo"... y "¡Pioneros!¡Oh, pioneros!". Este último es un tributo del autor a las personas que partieron en busca de una vida mejor y se establecieron en el oeste americano.
Años más tarde, en 1913, Cather publica su segunda novela y su título es un homenaje al poema de Whitman; además de ser el inicio de lo que se conocería como la Trilogía de la Pradera ("Pioneros", "Mi Antonia" y "El canto de la alondra").

Es una novela más simple, pero predispone todos temas que culminarán en su gran obra "Mi Antonia"; aquí la naturaleza salvaje, el aislamiento, la perdida y el esfuerzo de los pioneros son el eje central. 
Placa de bronce con una cita de
"Pioneros".

Se trata de una de las 96 placas 
del Paseo de la Biblioteca de NY
Una historia que avanza con grandes saltos temporales, pero que esboza todo un recorrido vital que abarca desde el asentamiento, donde todo es precario, duro e inhóspito, hasta la prosperidad ganada con esfuerzo y determinación. Sin embargo, una vez llega la comprensión entre pioneros y tierra, toma protagonismo el entramado social que se ha estado tejiendo a la vez, pero que había quedado aplazado por la urgencia de sobrevivir

La novela se inicia a finales del siglo XIX en Hanover (Nebraska) y se centra en la figura de Alexandra, hija de uno de los tantos inmigrantes provenientes de Noruega que se asentaron en estas tierras. Al morir su padre las malas cosechas y la precariedad hacen peligrar la granja y el deseo de su padre de mantenerla unida; pero Alexandra se hace cargo de la gestión y con sus inteligencia consigue prosperar (a pesar de que sus vecinos, incluso sus propios hermanos, consideran bastante peregrinas sus ideas). Ella observa, estudia y se aventura con nuevas iniciativas que finalmente darán su fruto y con el transcurso de los años se convierte en una de las mujeres más rica de allí, pero su bondad no se ve eclipsada por su prosperidad (por ejemplo en su casa encuentran refugio el loco Ivar, está pendiente de su vecina Marie y no cierra la puerta a Carl cuando regresa).

Alexandra que se ha convertido en la cabeza de familia, ha logrado que sus hermanos prosperen y ha salvaguardado al pequeño Emil de convertirse en una nueva versión de sus otros hermanos; finalmente tendrá que luchar por reivindicar su independencia cuando sus hermanos sientan que la prosperidad que han logrado puede peligrar y empiecen a cuestionar el derecho de ella a gobernar su vida y posesiones por ser mujer.

Una novela inicial que, aunque sabe a poco después de "Mi Antonia", no deja de ser un recorrido por las vidas anónimas de aquellos que fueron en busca de vidas mejores; pioneros que se asentaron en tierras salvajes, que lograron comprenderla y establecieron un tejido social abierto.

AutorWilla Cather
EditorialAlba
Precio Aprox.12 Eur.
Sentimiento*Recuerdo el pato del río
Valoración

Obtenido enLibrería Cervantes

 👇PD: El poema 

¡Pioneros!¡Oh, pioneros!

Vengan, hijos míos, con las caras quemadas al sol,
síganme en orden, preparen las armas,
¿Tienen sus pistolas? ¿Tienen sus hachas filosas?
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Porque no podemos perder el tiempo,
tenemos que marchar, gente, tenemos que enfrentar la peor parte del peligro,
nosotros, la raza joven y fuerte, todo el resto depende de nosotros.
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Ustedes, jóvenes, jóvenes occidentales,
tan impacientes, llenos de acción, llenos de orgullo masculino y de amistad.
los veo con claridad, jóvenes occidentales, los veo marchando en la vanguardia,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¿Hicieron un alto en el camino las razas más antiguas?
¿Se debilitan y dan por terminada su lección, cansados, allá, del otro lado del mar?
Nosotros asumimos la tarea eterna, y la carga y la lección,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Todo el pasado lo dejamos atrás,
surgimos a un mundo más nuevo y más fuerte, a un mundo variado,
frescos y fuertes conquistamos el mundo, un mundo de trabajo y en marcha,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Vamos lanzando sin pausa destacamentos
por los desfiladeros, por las quebradas, hacia arriba por las montañas empinadas,
conquistando, reteniendo, desafiando, aventurándonos mientras vamos por caminos desconocidos,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Nosotros, talando bosques antiguos,
Nosotros, frenando el curso de los ríos, hiriendo nosotros y perforando en lo profundo de las minas,
Nosotros, inspeccionando la amplia superficie, nosotros removiendo el suelo virgen,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Hombres de Colorado somos,
de los picos gigantescos, de las grandes sierras y las altas planicies,
de la mina y del arroyo, de la huella de los cazadores venimos,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
De Nebraska, de Arkansas,
somos la raza de tierra adentro, de Missouri, irrigados por la sangre continental,
todos los compañeros de la mano, todos los del Sur, todos los del Norte,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¡Ah, raza irresistible, incansable!
¡Ah, en todos esa raza amada! ¡Me duele el pecho de un amor tierno por todos!
Sufro y sin embargo gozo, me invade un amor por todos,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Icen a la poderosa amada madre,
haciendo flamear en lo alto a la amada, por encima de todo la amada estrellada (inclinen todos la cabeza),
Levanten a la amada filosa y guerrera, estricta, impasible, armada,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Miren, hijos míos, hijos decididos,
por esa multitud que nos sigue no podemos abandonar o flaquear nunca,
épocas pasadas de a millones, espectrales, con el ceño fruncido ahí atrás nuestro alentándonos,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Siempre avanzando, las filas compactas,
con nuevos soldados siempre listos, con los puestos de los muertos rápidamente ocupados,
a través de la batalla, de la derrota, y así y todo avanzando y no parando nunca,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¡Ah, morir avanzando!
¿Hay alguno de nosotros flaqueando y muriendo? ¿Nos llegó la hora?
Si es así, algunos muy aptos morimos en marcha, y seguro que en seguida el espacio es ocupado,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Todos los latidos del mundo,
al golpear laten por nosotros, con la marcha hacia el Oeste laten,
solos o acompañados, moviéndose hacia el frente, todo por nosotros,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Los desfiles intrincados y variados,
todas las formas y los espectáculos, todos los trabajadores en sus trabajos,
todos los marineros y los hombres en tierra, todos los amos con sus esclavos
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Todos los desgraciados amantes silenciosos,
todos los prisioneros en las prisiones, todos los justos y los malvados,
Todos los contentos, los tristes, todos los que viven, todos los que mueren,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Yo también con mi alma y cuerpo,
Nosotros, un trío curioso, eligiendo, deambulando por nuestro propio camino,
entre estas costas a través de las sombras, junto con los espectros avanzando,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¡Miren, la esfera rodando en vuelo!
Miren las esferas hermanas alrededor, todos los soles y planetas agrupados,
todos los días que encandilan, todas las noches místicas con sueños,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Esos son nuestros, están con nosotros,
todos para el necesario trabajo inicial, mientras los seguidores esperan atrás,
nosotros hoy encabezamos la procesión, nosotros vamos haciendo el camino
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¡Ah, ustedes, hijas del Oeste!
¡Ustedes, hijas menores y mayores! ¡Ustedes madres y ustedes esposas!
Nunca deben dividirse, en nuestras filas avancen unidas
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¡Trovadores latentes en las praderas!
(Bardos brumosos de otras tierras, ustedes pueden descansar, ya hicieron su trabajo)
Ya los oigo tarareando, levantándose y caminando a los saltos entre nosotros,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
No para delicias dulces,
no el almohadón ni las medias, no lo pacífico ni lo estudioso,
no las riquezas seguras y aburridas, no para nosotros las diversiones mansas,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¿Devoran los comensales sus comidas lujosas?
¿Duermen los durmientes corpulentos? ¿Cerraron y encadenaron sus puertas?
Nosotros seguiremos con nuestra dura dieta, y con la sábana en el suelo,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
¿Cayó la noche?
¿Fue esta parte de la ruta muy trabajosa? ¿Frenamos desalentados, resoplando ante el camino?
Igual sólo una corta hora les cedo en su trayecto para una pausa distendida,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!
Hasta que con el sonido de la trompeta
desde lejos el llamado del amanecer – atención! Qué fuerte y clara la oigo tronar,
Rápido! A la cabeza del ejército! – rápido! Salten a sus puestos,
¡Pioneros! ¡Ah, pioneros!

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