lunes, 27 de marzo de 2023

Imago (Octavia E. Butler)

 "Los onkali nunca recomendaban recurrir a la violencia. Los humanos decían que la violencia iba en contra de las creencias onkali. En realidad, se oponía a su misma carne, a sus huesos, a todas y cada una de sus células. Los humanos habían evolucionado desde una forma de vida jerárquica, dominante, que a menudo mataba a otra forma de vida. Los onkali habían evolucionado desde una forma de vida adquisitiva, que recopilaba y se combinaba con otras formas de vida."

Esta es la última novela que compone la Trilogía Xenogénesis, y aunque tenía bastante frescas las entregas anteriores he decidido releerlas (siempre se sacan más detalles). Leerlas del tirón no sé si ha sido lo más acertado, primero porque son independientes y, más o menos, autoconclusivas, entre ellas hay varías décadas de diferencia que pueden suponer un choque inicial; sin embargo ver todo el ciclo de la estirpe de Lilith ha sido toda una experiencia.

En Imago durante un siglo todo ha sido como debía ser: la convivencia entre humanos y onkali es estable, los resistentes siguen generando problemas y la colonia de Marte es una realidad. Aparentemente se ha llegado a una convivencia estable entre todas las opciones que la humanidad tiene, sin embargo el proyecto oankali tiene algunos secretos que la humanidad desconoce y que afecta directamente a los resistentes y el conflicto entre inteligencia, sin olvidar que la jerarquía de la humanidad sigue siendo un conflicto sin solución.
En este escenario aún no ha nacido ningún construido ooloi nacido de madre humana, hasta que Jodahs empieza su metamorfosis y Nikanj descubre, alarmado, la capacidad de su criatura para modificarse a sí mismo y al resto. Aunque Nikanj asume el error e intenta controlar el daño que podría hacer Jodahs, existe un gran peligro dada la asombrosa capacidad de Jodahs para cambiar su apariencia cuando está con humanos (ellos son un ancla que le ayuda a estabilizar su capacidad, pero puede llegar incluso a perderse como ente pensante). Dado el conflicto que su existencia genera y que es considerado un elemento peligroso, de momento el exilio es su única opción.
Sin emabargo, la situación (ya delicada) se complica aún más cuando Aaor, su pariente más cercano a Jodahs y con el que tendría que vincularse, empieza su metamorfosis y también se convierte en un subadulto ooloi. 

Un ooloi podría ser un error, pero dos empiezan a plantear interrogantes sobre la evolución del proyecto de los onkalis, más cuando las capacidades de estos seres superan con creces las de otros ooloi.

Aunque la novela recalca menos el conflicto entre humanos, la traición o las características que nos convierte en humanos, si que mantiene la idea del gobierno mediante el sexo y las emociones placentera, la idea de que estamos genéticamente abocados a la autodestrucción o la superioridad de los onkalis; además plantea nuevos conflictos sobre el papel y el futuro de la nueva especie creada entre humanos y onkalis.

Ahora bien, después de leer toda la trilogía tengo una sensación ambigua respecto al papel que las diferentes facciones representan, porque realmente he empatizado con cada una de las posiciones que han mantenido las distintas facciones (y creo que eso es un logro de agradecer a la autora). Cierto que somos una especie jerárquica y socialmente aún perviven ciertas estructuras sociales que mantienen la desigualdad, pero también entiendo a Lilith y al resto que se fue con los onkalis, la mejor opción en un momento difícil y si encima sumamos las hormonas... por último, aunque me parecen bastante paternalistas en su comportamiento, también he logrado entender las razones que impulsan a los onkali.

AutorOctavia E. Butler
EditorialMai Més
Precio Aprox.25 Eur.
Sentimiento*nueva especie
Valoración

Obtenido enBibliotecas de Barcelona

Nota: yo conocía las máscaras de cera de los muertos que se utilizaba en tiempos de la Antigua Roma y que se denominan Imago, también conocía la acepción de imagen idealizada interna y subjetiva que se mantiene desde la infancia hasta la edad adulta; ahora bien (y esto me ha descolocado un poco) según la 
RAE es el estado final en la metamorfosis de los insectos.

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