lunes, 17 de octubre de 2022

Marte verde (Kim Stanley Robinson)

 "La mayor parte del regolito de Marte era tan árido que cuando el agua lo tocaba se producían poderosas reacciones químicas -se liberaban enormes cantidades de peróxido de hidrógeno, y las sales cristalizaban-; en esencia, el suelo se desintegraba y se transformaba en un barro arenoso que sólo sedimentaba corriente abajo, en terrazas colgadas llamadas cercos de solifluxion, y en nuevos proto-fellfields escarchados. Los accidentes geológicos estaban desapareciendo. LA tierra se derretía."

En su momento dije que continuaría con la Trilogía marciana, pero no fue hasta que el año pasado visité la exposición de Marte Rojo del CCCB que recordé que tenía la saga incompleta.
Como ya había llovido bastante desde que leí "Marte rojo" decidí reelerlo y coger impulso para completar la saga. Sorprendentemente tenía bastantes recuerdos, me he vuelto aburrir en las mismas partes y nuevamente me ha descolocado el caos que montan en el planeta (ese aspecto que estaba neblinoso en mi recuerdo en la relectura me ha fascinado); aunque en su momento me decanté por centrarme en la idea de la terraformación y la construcción de una sociedad, ahora no me he dejado arrastrar tanto por el aspecto científico y me han surgido nuevas dudas y debates éticos como el derecho a un nuevo colonialismo sin escrúpulos o la idea de crear una nueva sociedad en un hábitat en la que puedes morir constantemente.

La segunda novela de la trilogía hace un salto temporal donde el planeta está intentando sanar las heridas de la debacle de 2062 y continuar a delante,  pero es difícil cuando los cien primeros sigue vivos (gracias a tratamientos gerontológicos) arrastrando sus traumas y no se da un cambio generacional.
Aunque el tiempo ha pasado y una nueva generación ha nacido mediante la ectogénesis, la terraformación y la aeroformación son ya una realidad parece que la idea de un Marte independiente sigue siendo utopía.  Siguen topándose con las mismas dificultades que en 2062: no tienen un objetivo común, los diferentes grupos intentan realizar una revolución por su cuenta... Con la idea de no cometer los mismos errores surge la iniciativa de organizar un congreso que aglutine a todas las facciones, que se sienten a la mesa para esbozar una ruta común; de ahí se intenta que salga el acuerdo Dorsa Brevia.
A pesar de que no se llega a firmar los puntos resumen de Dorsa Brevia parece que la revolución puede llegar a buen puerto si ciertos componentes radicales son controlados el tiempo suficiente.

Nuevamente encontramos muchos escenarios, pero sin tanto roadmovie como en la anterior novela; también hay muchos personajes en conflicto por sus distintos paradigmas que continuan en lucha encarnizada y que al final casi se convierte en una lucha de egos. Este último aspecto es interesante porque precisamente uno de los personajes analiza como el paradigma configura tu visión de los hechos y la realidad, es más, debido a eso habitan mundos distintos y por tanto las acciones que cada uno considera necesarias, por tanto, pueden ser totalmente antagónicas.

Obviamente durante todo el relato está muy presente la revolución de 2062, además de los problemas y objetivos de la terraformación (presión de los gases, niveles de oxígeno, plantas, temperatura, mutaciones genéticas...), sin embargo el quid de la cuestión es la organización de la resistencia y que no luche contra sí misma (que en definitiva es lo que siempre sucede). Si a todo eso añadimos que la Tierra se encuentra en un momento de conflicto debido a factores como los poderes políticos y económicos de las metanac, la crisis climática y la superpoblación (muchos sin acceso al tratamiento gerontológico)... Ahora queda saber si el destino de ambos planetas está vinculado o subyugado el uno al otro.

En sí me ha costado casi 200 páginas engancharme a la lectura, pero en el momento que las diferentes piezas convergen y se centra en el transfondo social de una revolución que intenta nuevamente obtener su objetivo, ya fue todo volado. Todo un logro a pesar de que hay mucha descripción del paisaje de Marte, mucho párrafo sobre el desarrollo de la flora y un sin fin de referencias científicas que en el primer volumen se me hicieron nudo en demasiados momentos.

AutorKim Stanley Robinson
EditorialMinotauro
Precio Aprox.11 Eur.
Sentimiento*Shikata ga nai
Valoración
Obtenido enBibliotecas de Barcelona

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