lunes, 24 de octubre de 2022

Robots e Imperio (Isaac Asimov)

"- Ni yo, amigo Daneel. No soy humano, No experimento directamente la posesión de una mente humana, con toda su complejidades y contradicciones, así que no capto el mecanismo, o mecanismos, al que responden. Aparentemente, las multitudes se manejan más fácilmente que los individuos. Parece una paradoja. Mucho peso es más difícil de levantar que poco peso.
"


La vuelta al cole supone también ir retomando sagas pendientes y, por supuesto, no podía faltar mi PLA.
Con esta novela ya he pasado el ecuador de la programación y empiezan a confluir la linea de robots y fundación, aunque aún estamos lejos del tiempo de la caída del imperio (es que ni ha comenzado).

Nuevamente se vuelve a jugar con los límites de las tres leyes de la robótica y por ende, del posible paralelismo con la psicohistoria (es interesante cómo se comienza a plantear el primer esbozo y se abona  el terreno para lo que vendrá). 
Sin embargo, lo más relevante es que se plantea claramente la insuficiencia de las tres leyes de la robótica y se ve la necesidad de formular una directriz previa (Ley Zeroth), de la que no diré nada por no hacer más spoiler, pero que es un concepto llamativo en cuanto a la complejidad y las variantes morales que puede encerrar (además de la paradoja de ser promulgada por un robot).

En la novela han pasado doscientos años y nuestro querido investigador de cabecera, Elijah Baley, ha muerto hace tiempo. Aunque el escenario ha cambiado bastante desde que Elijah resolvía crímenes: el sueño de la expansión colonizadora es una realidad y parece que ha dado poder a los colonos, debilitando la posición de los espaciales (además Solaria ha sido abandonada y nada se sabe de sus habitantes).
Gladia, por su parte, vive sus últimos años en una especie de espera del final junto a Daneel y Giskard, hasta que es requerida para investigar la extraña desaparición de los habitantes de Solaria y la destrucción de dos naves que aterrizaron en el planeta. De este modo, Gladia, se embarca en un viaje que la llevará a Solaria, Baylemundo y la Tierra (un viaje que de algún modo se convertirá en una especie de viaje iniciático para Gladia).

Esta investigación inicial es la excusa de Amadiro (viejo enemigo de Elijah y Fastolfe) para iniciar un plan de venganza contra la Tierra; después de décadas de frustración por fin ve su oportunidad para acabar con la expansión colonizadora de la Tierra y hacer, así, que la galaxia sea únicamente para los espaciales (y los auroranos como líderes naturales de los espaciales). 

Durante toda esta crisis Gladia sufrirá una conversión y descubrirá un objetivo por el que luchar, pero los principales protagonistas son los dos robots que la acompañan, que en todo momento intentan impedir la crisis buscando las sinergias ocultas de los acontecimientos, a la vez que desarrollan todo un sistema de racionalización sobre sus límites. Durante la lectura seremos testigos de las grandes conversaciones que mantiene ambos robots, en las que se mezcla reflexiones muy interesantes sobre la moral, la ética o los sentimientos (o lo más parecido a lo que un robot puede definir como tal).

Otro aspecto que me ha llamado la atención es la exposición clara de que una sociedad endogámica está condenada al fracaso y su propia aniquilación, por ello la colonización y expansión es un mecanismo que evita la decadencia; ahora bien, no queda claro quiénes han de realizar la colonización, de momento lleva ventaja la Tierra y parece que los espaciales con la combinación de aislamiento y una sociedad basada en la utilización de robots acabará desapareciendo (a la espera de saber qué ha pasado con los habitantes de Solaria).

Quedan muchas cosas en el tintero, algunas por no hacer más larga esta entrada y otras por no hacer un spoiler en toda regla, pero realmente daría para hablar mucho y tendido. Lo sorprendente es que el inicio me resultó un poco más lento que las novelas anteriores (no hay un asesinato al comienzo, eso siempre da mucho impulso), pero según iba desarrollándose la historia me ha parecido mucho más atrayente que las investigaciones policiales. Aquí está planteada claramente la complejidad de la crisis (curioso como a través de este concepto, Asimov, hace presente el motor de desarrollo de la Fundación), además de ser una historia plagada de diálogos entre los dos robots que son casi diálogo socráticos.

AutorIsaac Asimov
EditorialDebolsillo
Precio Aprox. 10 Eur.
Sentimiento* Chispa
Valoración

Obtenido enBibliotecas de Barcelona

PD: en un momento dado se hace un guiño mencionando la leyenda de un robot que ocupó un cargo en el gobierno, se trata de Stephen Byerley el protagonista del relato Evidencia de "Yo robot".




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