"A l'Arnau li feia vergonya explicar-li que pensava que la mare potser era un cell que un dia s'havia convertit en persona, i no es va atrevir a obrir-li el cor a la serva germana per por que es burlesco d'ell."
Odio conducir, lo odio con todas mis fuerzas y hace años que he conseguido evitar pasar por ese trance. Siempre he encontrado un motivo para justificarme: antes porque vivía en un sitio pequeño y me podía desplazar a pie, y ahora porque el tráfico en una ciudad grande es imposible y es mejor usar el transporte público (y eso sin mencionar el favor al medio ambiente). Lo que nunca me había planteado es que tuviera una relación con otro de mis grandes miedos: las alturas (y parece ser que que sí que influye).
Es lo que le pasa a Lola, la madre de Arnau y Càrol, no conduce porque tiene miedo a las alturas. Sin embargo ella ha decidido no dejarse vencer por la acrofobia y ha comenzado a subir a la azotea de casa para ir superando su miedo poco a poco. Cuando Arnau se entera decide tomar cartas en el asunto y ayudarla a superarlo: primero regalándole unos periquitos y después creando un invento que le recuerde que se ve cuando vuelas (ya que tiene la firme idea de que su madre fue un pájaro, pero lo ha olvidado).
Un relato tierno y dulce sobre los miedos, la perseverancia y superación, la relaciones familiares y los cambios, la comunicación... Pero sobre todo, una reflexión sobre cómo todo es más fácil con el apoyo de un entorno que nos quiera y nos sujete la mano durante el trayecto. Quizás no superemos del todo nuestro miedo, pero el aprendizaje que hagamos durante el proceso es igual de importante y añade un valor añadido a nuestra historia vital.
Como creo que esto último me ha quedado demasiado optimista, en plan soñando lo lograrás, me disculpo por este lapsus; sin embargo, lo que es innegable es que la historia puede ser un toque de atención para los adultos y empezar a predicar con el ejemplo y no solo de palabra.
Ahora si me disculpáis voy a sentarme un rato en la terraza (lejos de la barandilla, de momento).
Es lo que le pasa a Lola, la madre de Arnau y Càrol, no conduce porque tiene miedo a las alturas. Sin embargo ella ha decidido no dejarse vencer por la acrofobia y ha comenzado a subir a la azotea de casa para ir superando su miedo poco a poco. Cuando Arnau se entera decide tomar cartas en el asunto y ayudarla a superarlo: primero regalándole unos periquitos y después creando un invento que le recuerde que se ve cuando vuelas (ya que tiene la firme idea de que su madre fue un pájaro, pero lo ha olvidado).
Un relato tierno y dulce sobre los miedos, la perseverancia y superación, la relaciones familiares y los cambios, la comunicación... Pero sobre todo, una reflexión sobre cómo todo es más fácil con el apoyo de un entorno que nos quiera y nos sujete la mano durante el trayecto. Quizás no superemos del todo nuestro miedo, pero el aprendizaje que hagamos durante el proceso es igual de importante y añade un valor añadido a nuestra historia vital.
Como creo que esto último me ha quedado demasiado optimista, en plan soñando lo lograrás, me disculpo por este lapsus; sin embargo, lo que es innegable es que la historia puede ser un toque de atención para los adultos y empezar a predicar con el ejemplo y no solo de palabra.
Ahora si me disculpáis voy a sentarme un rato en la terraza (lejos de la barandilla, de momento).
| Autor | Anna Manso y Susanna Campillo |
| Editorial | La meva Arcàdia |
| Precio Aprox. | 11 Eur. |
| Sentimiento* | Perseverando e intentando volar alto |
| Valoración |  |
| Obtenido en | Sant Jordi |
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