Yo ya estoy armada (y soy peligrosa) con un abanico, un gran vaso de horchata (intercambiable por una clara) y, por supuesto, un buen libro.
Alguien me dijo una vez que las bibliotecas eran las cárceles de los libros; pues bien, démosles libertad compartiendo aquellos libros que adoras u odias. Libera libros a través de tus experiencias y sobre todo rescátalos de las estanterías, de sus cárceles!
viernes, 26 de junio de 2015
Vitelas: Feliz verano y felices lecturas
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