lunes, 18 de julio de 2022

Totes les bèsties, petites i grosses II (James Herriot)

"Les dames se'l miraven en silenci mentre ell anava cap al darrere del cotxe i es posava a furgar pel maleter. La flama de l'amor s'havia apagat dels seus ulls. No sé per què es va prendre la molèstia de netejar res; possiblement perquè, entre els efluvis de whisky, tenia la sensació que havia de recuperar la imatge de persona competent i membre útil del grup.
Però el seu esforç va fracassar; l'efecte va ser totalment el contrari: estava fregant el vidre amb una gallina morta."

Esta segunda parte de las memorias de James Herriot me ha gustado algo menos, aún así la he terminado con un cierto aire de nostalgia y dulzura. El haber compartido el día a día con James Herriot, Siegfried y Tristan Farnon es toda una experiencia y el despedirse es como cerrar un viaje lleno de aventuras que sabes que se convertirá en un montón de recuerdos entrañables.

Nuevamente nos adentramos en la vida rural Yorkshire, pero la perspectiva de James es más madura y ya está comenzando a adaptarse a las peculiaridades de sus habitantes; a pesar de que ya tiene experiencia como veterinario rural y tratando con granjeros hoscos es inevitable que se produzcan momento magistrales y divertidos (para muestra el texto de arriba).
Quizás el punto más flojo y que me ha empalagado un poco la lectura son los capítulos en los que él intenta ligar con una chica del pueblo y conseguir una cita; a pesar de ser divertidas, caóticas y un auténtica secuencia de desgracias su lectura me apartaba del día a día de la clínica y focalizaba su atención en otro punto que no me interesaba gran cosa (yo quería vacas en apuros, conversaciones raras, choques culturales...).

Al igual que en la primera parte, esta novela destila amor por la profesión de veterinario y por los animales (en un momento dado Siegfred y James debaten sobre si los granjeros aman a sus animales o los consideran simples activos); quizás, también, en esta segunda parte se aprecia más melancolía por la ingenuidad del pasado (sin dejar de valorar los avances médicos) y la capacidad de afrontar desafíos con pocos recursos.

Aunque me repito quiero dejar constancia de que se lee muy rápido, quizás por su lenguaje sencillo, llano y directo, además tiene ese punto entre cómico y nostálgico que hace que te encariñes del pueblo de Darrowby y sus particulares habitantes.

Al terminarla quedaréis con la sensación de haber compartido un espacio y tiempo que sin tener grandes gestas tiene la grandeza de lo cotidiano; y que por eso mismo te dejará la sensación de una buena sobremesa o los recuerdos de un gran viaje.

AutorJames Herriot
EditorialEl cercle de Viena
Precio Aprox.25 Eur.
Sentimiento*La vida rural y sus encantos
Valoración
Obtenido enBibliotecas de Barcelona

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