lunes, 2 de noviembre de 2020

Lagunas (Sarah Hepola)

"Al entrar en la treintena solía ir a almorzar con un tipo muy sarcástico que presumía de sus lagunas. Las llamaba <<viajes en el tiempo>>, sonaba genial, como si tuviera un superpoderes. No tomaba demasiados long-island, sino que hacía un agujero en el continuo espacio-tiempo."

Desde mi infancia siempre he visto a mujeres en los chigres bebiendo sidra (solas o en compañía) y nadie cuestionaba su presencia allí, era y es algo cultural. Supongo que con los años la presencia de mujeres en ámbitos tradicionalmente masculinos (como los bares) se ha ido generalizando/normalizando en zonas donde no era lo habitual, pero durante bastante tiempo disfruté viendo la cara de angustia de ciertas personas (no asturianas) cuando decía que a veces me iba de sidras sola.

Por otro lado también es cierto que los asturianos/as tenemos fama de borrachos (y dinamiteros), pero no deja de ser un mito; al igual que la idea de que la mujer independiente, fuerte, ganadora y "chick" pasa por el consumo desmesurado de alcohol (sí, pensarlo bien y hacer memoria del imaginario de referentes visuales). Y es que durante estas últimas décadas ha habido un aumento considerable del consumo de alcohol por parte de las mujeres, en una sociedad en la que es terriblemente cierta la premisa de Aaron White: 

"Cuando los hombres se ponen ciegos, hacen cosas. Cuando las mujeres se ponen ciegas, se las hacen a ellas."

En esta novela Sara Hepola narra en doce capítulos (como los doce pasos de alcohólicos anónimos) sus inicios en el alcohol, como derivó hacia una reafirmación de su libertad y éxito laboral, para terminar en ciertos acontecimientos que tambalearon su estructura. No eran solo las lagunas y los espacios en blanco que tenía que reconstruir al día siguiente, sino que el derrumbe era mucho más profundo de lo que ella suponía o aparentaba.

Todo este proceso de adicción, colapso y sus numerosos intentos de solucionarlo es expuesto sin tapujos y como si fuera una charla con una taza de café entre ella y el/la lector/a, pero según avanzas en la lectura deja una sensación en boca (permitirme el juego de palabras) de que le falta profundizar un poco en esta secuencia apresurada de acontecimientos. Y es que al finalizar el libro te das cuenta que bastaba con haber leído la introducción: Mujeres que beben porque en esas potentes pocas páginas se condensa toda las reflexiones que luego no desarrolla y que, según mi punto de vista, hubiera sido interesante intercalar entre los aspectos biográficos.

Así que si tenéis muchos libros pendientes o no queréis perder demasiado tiempo leeros solo la introducción porque merece la pena y del resto pasar.

AutorSarah Hepola
EditorialPepitas de calabaza
Precio Aprox.23 Eur.
Sentimiento* Sidra asgaya
Valoración

Obtenido enBibliotecas de Barcelona

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