Nunca he bajado a una mina (el Museo de la Minería no es comparable a bajar en la jaula medio kilometro bajo tierra), tampoco mi familia se ha dedicado al carbón, así que mis vínculos son mínimos a pesar de ser asturiana. Sin embargo, si tenía amigas y compañeras cuyos padres bajaban a la mina (o estaban en paro porque la mina había cerrado) y unos años más tarde recuerdo la angustia mientras todos/as veíamos las imágenes de la tragedia de Nicolasa.
Aunque "La balada del norte" recoge este ámbito debemos retroceder unos años y situarnos en 1933 (los preludios de lo que seria el levantamiento minero de 1934), donde las diferencias de clase son patentes, la explotación y unas condiciones de vida cada vez más difíciles; ademas la sociedad es cada vez más consciente del ambiente crispado por el que pasa la II República.
Con este telón de fondo Tristán regresa a su hogar en Montecorvo (lugar ficticio) donde su padre, el Marqués, gobierna con mano firme sus posesiones e inversiones en un intento por perpetuar su status quo; por otro lado tenemos a Apolonio, un minero que a pesar de no quierer meterse en política las situaciones de las que es testigo le empujan a tomar bando. Estos dos mundos cohabitan en un equilibrio peligroso que acabará fracturarándose.
Pero es que además sus páginas están plagadas de personajes entrañables: como todos esos mineros que se dejan la piel y que conviven juntos bajo tierra (no quiero decir mucho por no fastidiar la lectura) o las carboneras, mujeres que lavaban y cargaban el carbón (y cuya historia está empezándose a reivindicar); todos ellos transmiten un temperamento muy peculiar y dan profundidad a un pueblo lleno de carácter.
Este cómic es el primer volumen de una serie de los tres que hasta el momento están publicados, lo primero que sorprende es la diferencia visual que establece el autor entre el mundo de bien y el de la mina, en el que utiliza un fondo negro para dar la sensación de estar bajo tierra y rodeada de oscuridad en todo momento (conseguido!); además de conseguir situarte en antecedentes políticos en tres páginas, incluir la simulación de un periódico...ah! y mención especial merece la secuencia de viñetas en las que se plasma la letra de la canción de Victor Manuel Planta 14, es un momento que pone la piel de gallina (si no la conocéis escucharla, pero después de leer el cómic).
Por si todo esto fuera poco, en el relato incluye poesías de Sergei Yesenin, Alexander Pushkin, Mijail Lemortov y Nicolái Gumiliov (creo que no me dejo a ninguno), lo que convierte a la obra en un
conjunto que te atrapa por la estética y la trama, además de convertir la lectura en un placer cuya lectura me a acercado a mi tierra ahora que llevo tanto tiempo lejos.
Autor | Alfonso Zapico |
Editorial | Astiberri |
Precio Aprox. | 18 Eur. |
Sentimiento* | Escaecimientu (Felpeyu) |
Valoración |
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Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
Una última cosa, los lugares en los que se desarrolla la trama algunos son reales como Oviedo o la Fábrica de Armas, pero otros como la Mina Santa Aurelia (basada en el Pozo San Luis) o Montecorvo son ficticios. He tirado del Archivo Histórico Minero y he encontrado estas dos fotos que muestran el pozo en 2006 y unos mineros en 1969.
Pozo San Luis de la Nueva |
Dos trabajadores dentro Del Pozo San Luis
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