
Y es que la vuelta a casa es menos dolorosa cuando sabes que hay caras que es fabuloso volver a ver, libros por leer y el reconfortante espacio de lo cotidiano (mejor si es con un buen café y una novela en la mano).
Alguien me dijo una vez que las bibliotecas eran las cárceles de los libros; pues bien, démosles libertad compartiendo aquellos libros que adoras u odias. Libera libros a través de tus experiencias y sobre todo rescátalos de las estanterías, de sus cárceles!
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