El llegar al final de una historia como "La balada del norte", que has estado disfrutando cada página, tiene algo desolador. Ver cómo se van consumiendo las páginas de esta gran historia; acercándonos poco a poco a la conclusión de Apolonio, Tristán, Isolina... y de tantos otros.
Regresamos a los montes con los insurrectos, al pueblo donde siempre hay sitio en la mesa para uno más, a la Modelo de Madrid donde está Largo Caballero... pero también, a las traiciones, a los ahorcamientos y los esquiroles.
Volvemos a recorrer esa tierra minera, llena de gente de carácter, durante los últimos coletazos de la revolución del 34.
A través de recursos como las portadas de periódico, las páginas con fondo negro de los momentos más desesperados y cruciales, los diálogos con un punto de humor (porque en Asturias tenemos el nuestro propio)... acompañamos a Tristan y todos los fugaos que conviven en una cabaña en medio del monte y escuchan historias de Chéjov para hacer más llevaderas las noches invernales.
Los días son largos, fríos y siempre existe el peligro de que se crucen con alguna pareja de Guardias Civiles (genial la escena de unos subiendo y otros bajando del monte); sin recursos, ni opciones no hay otra salida que planifican su huida hacía Francia y Rusia.
Mientras, en el pueblo, Isolina lee las cartas que le envía Tristan e intenta salir adelante en medio de este ambiente de tensión social que inunda Montecorvo; pero donde también se da la solidaridad y si hay que arrear un palazo a alguien se le arrea.
La conclusión de la tetralogía nos ofrece un tomo quizás más sombrío, pero con un final cargado de emoción y rabia (además, el recuerdo de Sandalio es un nudo en la garganta) que no deja un vacío, ya que es imposible que la gente de Montecorvo nos abandone.
Autor | Alfonso Zapico |
Editorial | Astiberri |
Precio Aprox. | 22 Eur. |
Sentimiento* | Fin |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
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