"Me estoy helando, el viento intenta arrastrarme y llevarme a través del portal hacía el paisaje alienígena, y no hay señal de Mo ni de su secuestrador. Está ahí, por alguna parte, de eso no cabe duda. Quienquiera o lo que sea que haya abierto el portal estaba esperando a que se acostase cuando volviésemos al hotel. Han dejado fragmentos de su geometría inscritos en runas sanguinolientas en las paredes y el suelo."
Estar perdida por la biblioteca tiene sus consecuencias; en este caso fue que me lleve a casa la primera entrega de Los expedientes de la Lavandería sin tener ni idea de qué iba la cosa (pero si leyendo en diagonal ves comedia y horror lovecraftiano, estás de bajón y no te importa mucho los desgarros en la realidad, pasan estas cosas).
La novela se presenta como un techno-thriller en el que inserta pinceladas de humor con el horror cósmico de Lovecraft. Una premisa que a priori parece muy interesante, pero que en ciertos momentos me ha resultado un poco pesada por todas los datos y /o las eternas explicaciones técnicas; lo que ha provocado que me costara mucho entrar o seguir cómodamente el hilo (no estaba preparada para esta densidad y eso a pesar de que en las primeras páginas ya me ganó con el guiño de Pinky y Cerebro).
La Lavandería es una organización inglesa que lucha por preservar la realidad de los peligros cósmicos. En ella trabaja Bob, un informático que se dedica a atender quejas, solicitudes de perdida de contraseña y a mantener todos los sistemas informáticos (a la vez que intenta lidiar con sus jefas y todos los formularios que se han de rellenar, con especial atención al de los clips).
Bob lleva años pidiendo pasar a ser agente de campo y un día sus deseos se ven cumplidos. Tras su rápida reacción en un curso, en el que una invocación salió mal, se ve recompensado por un ascenso que le llevará a involucrarse en una trama de nazis, grupos terroristas, amenazas interdimensionales... Lo típico, salvar al mundo de los seres que acechan desde las otras realidades.
El libro también incluye "La jungla de cemento", que casi me ha gustado más que "El archivo de atrocidades" (creo que es un poco más dinámica).
En esta novela corta, ganadora del Hugo, Bob tiene que investigar un nuevo caso en el que parece ser que una vaca ha sido calcinada por un basilisco. Sin tener mucha más información se desplaza al lugar para meterse de lleno en una trama de poder que ha cargada en las cámaras de vigilancia el protocolo MIRADA ESCORPIÓN.
Toda la acción, ironía y acontecimientos cósmicos que impregnan la narración son un acierto, que combinados con el choque burocrático que impregna todo el organismo dan un contrapunto interesante a un personaje con la capacidad asombrosa de ser totalmente inoportuno y tendencia a no seguir los PNT's.
Teniendo estos puntos a favor y con una narración plagada de momentos freaks, me ha desinflado un poco todas las explicaciones técnicas que han hecho que fuera una lectura a trompicones.
| Autor | Charles Stross |
| Editorial | Insólita |
| Precio Aprox. | 23 Eur. |
| Sentimiento* | ISO 9000 |
| Valoración |  |
| Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
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