Los románticos dicen que el amor es lo que mueve el mundo, pero los que somos más pragmáticos tenemos presente que la venganza es un gran motor.
La literatura está llena de grandes historias cuyo detonante es el impulso de venganza: El Conde de Montecristo, Arya Stark, Carrie, El Capitan Ahab... y Gully Foyle. Y, precisamente, este último es el protagonista de esta odisea vengativa a través de las estrellas.
Gully es un ser anodino y mediocre que transita por la vida sin destacar en nada, sin afán de mejorar, ni progresa; pero cuando un accidente lo deja encerrado en un armario en una nave totalmente destruida se adapta a la situación, pero no intenta salir del atolladero. Subsiste. Sin embargo, cuando una nave pasa cerca de su posición y no lo rescata, algo estalla en él; a partir de ese momento todo sus esfuerzos estarán dedicados a la persecución y destrucción de quién dio la orden de no rescatarlo.
Éste es el meollo de la historia, pero no podemos obviar el telón de fondo que nos plantea el autor en el cual hay una guerra entre Planetas Interiores y Satélites Exteriores que parece que se decantará por la posesión de un arma (obviamente Gully estará en medio); y en el que además las estructuras económicas, sociales y políticas se han visto modificadas por la capacidad de juntear (la capacidad de viajar instantáneamente con el poder de la mente, aunque con límites de distancia y no se puede realizar en el vacío).
Cuando empece a leerla el referente más claro que me surgía era El Conde de Montecristo, ya que los paralelismos son muy obvios: ambos quieren venganza, son encarcelados y se reinventan con un nueva personalidad. Podría leerse la novela como una adaptación futurista del clásico de Dumas, pero en la parte final incorpora ciertos elementos que la alejan sustancialmente, ya que la resolución del conflicto implica una evolución no solo del protagonista, sino también del resto de la humanidad. De este modo Foyle pasa de ser un ente dormido y mediocre ha despertar de la apatía y agitar al resto (aunque eso ya es otra historia).
La obra es una huida hacía adelante en todo momento, que no deja ni un descanso, pero en esta vorágine de acontecimientos, búsqueda y luchas, el autor, incorpora puntos muy guasones como cuando le tatuan la cara al protagonista (de ahí el apodo de Tigre), la utilización de empresas como apellidos de las grandes familias (que además deben vestirse según la época en la que se fundaron) o el momento Cyrano de Bergerac que da un contrapunto ligero (por extraño que pueda parecer) a acontecimientos tan brutales como asesinatos, violaciones...
Como último apunte comentar que en la parte final de la novela encontré muy interesante la incorporación de caligramas en el texto y me gustó cómo resuelve la trama; aunque no debemos no olvidar que "La venganza es para los sueños..., no para la realidad".
Autor | Alfred Bester |
Editorial | Gigamesh |
Precio Aprox. | 5 Eur. |
Sentimiento* | Despertar |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
No hay comentarios:
Publicar un comentario