"[...] pero no cabe duda de que los ángeles son muchos. Además están subdivididos en clases o castas. Los más importantes tienen como única misión cantar las alabanzas del Altísimo. Pensar que alguien, aunque sea Dios o precisamente por serlo, ha creado unos seres magníficos cuyo único propósito es deshacerse en elogios de su creador no inspira simpatía."
Mi etapa infantil y adolescente estuvo marcada, como en cada uno de nosotros/as, por un sinfín de cosas, pero quizás la más perturbadora y ajena a mi personalidad es haber estudiado en un colegio de monjas (era como intentar encajar un cuadrado en un círculo). Pasado el tiempo, y por cuestiones que no vienen al caso, mi hijo acabo en un colegio religioso (os podéis imaginar el drama); pero el orco me ha salido precoz y más inteligente y un día vino todo indignado del colegio:
- Mamá hoy nos han explicado que Dios creó el mundo en siete días, pero eso no es posible porque el universo comenzó con el Big Bang y Dios no hizo nada.
- Bueno es una historia para explicar un acontecimiento, como la mitología romana y griega (aquí intentando limar asperezas con el objetivo de que no expulsaran al niño).
-!Qué no mamá que Dios no hizo nada¡ Y es lo que pienso y se lo he dicho a la profesora.
La discusión estaba perdida y con miedo me puse a revisar la agenda para ver si tenía alguna nota de la profesora con la que el orco había intercambiado cuestiones teológicas, pero al final la sangre no llegó al río y hemos llegado a un acuerdo de no agresión.
Leyendo el ensayo de Eduardo Mendoza no he podido evitar rememorar mis clases del colegio; obviamente en mi caso no se trataba de la Historia Sagrada, pero tenía su miga la cosa porque nos hacían aprender los libros que componían el Antiguo y Nuevo Testamento, salmos... a parte de un sinfín de teorías y datos que mi mente ha borrado (ya se ve que me aburría bastante porque ni siquiera soy capaz de hacer un breve índice).
Con el humor característico de Mendoza recorremos los pasajes de la creación, Caín y Abel, La Torre de Babel, El diluvio universal, el sacrificio de Isaac a a manos de Abraham... Sobre todo se centra en el Antiguo Testamento, que quizás es donde hay mas chicha y que ocupaba la mayor parte del temario (después, según el autor, se llegaba a ciertos pasajes que eran complicados de explicar o el temario se diluía en tierra de nadie).
Un viaje a través del recuerdos del escritor que considera estas clases como su primera aproximación a la verdadera literatura y donde nació su vocación como escritor; pero no podemos olvidar que la reconstrucción de los recuerdos es voluble y aquí se presenta revestida del análisis de la madurez y con un irónico punto crítico.
Teniendo en cuenta todo ello, tampoco debemos olvidarnos que el libro de refilón nos perfila lo que era la educación de España en una época y que a mí me ha servido para reconciliarme un poco con parte de mi pasado.
Autor | Eduardo Mendoza |
Editorial | Seix Barral |
Precio Aprox. | 18 Eur. |
Sentimiento* | En el principio creó Dios... |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
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