lunes, 15 de octubre de 2018

Las horas (Michael Cunningham)

"La maña consistirá en transmitir intacta la magnitud de la desesperación mínima pero muy real de Clarissa; en convencer por entero al lector de que, para ella, las derrotas domésticas son igual de devastadoras que las batallas perdidas para un general."

Me quedan muchos clásicos por leer y los suelo dividir en dos categorías: los que leeré en un futuro (o al menos en mi optimismo moderado considero que podré enfrentarme a ellos) y los que definitivamente no leeré aunque haya un cataclismo y sean los últimos libros disponibles en la faz de la tierra (un poco melodramático, pero entendéis la idea). Entre ambas ambas categorías (más bien tirando al no-lectura) estaba la novela de Virginia Woolf, "La señora Dalloway"; no por nada especial, quizás simplemente por desconocimiento; sin embargo, después de leer la novela de Cunningham me he replanteado mi clasificación y en breve espero colgar una entrada sobre el clásico de Woolf.

Y es que en "Las horas" todo gira entorno a la novela de "La señora Dalloway". Cunningham nos hace viajar por épocas distintas con tres mujeres que se verán influenciadas de un modo y otro por la famosa novela de Woolf:
- La primera es la propia Virginia Woolf que está inmersa en la escritura de su próxima novela ("La señora Dalloway"), a la vez que intenta superar su depresión y sueña con regresar a Londres.
- La segunda mujer es la señora Dalloway, una versión libre del clásico personaje situado a finales del siglo XX que rememora su juventud, reflexiona sobre su gran amor y se enfrenta a la decrepitud de su mejor amigo (enfermo de sida). 
Por supuesto que la primera escena de la señora D. comienza saliendo ella misma a comprar flores para una fiesta. 
- Por último tenemos a la Señora Brown (1949), una mujer casada con un hijo y a la espera del nacimiento del segundo; sin embargo, lo que sería la felicidad plena para otras personas a ella la asfixia. Es capaz de dejar a su hijo con una vecina para huir durante unas horas a un hotel y poder refugiarse en la lectura de su libro, incluso la escena "feliz" junto a su hijo de la elaboración de una tarta para el cumpleaños de su marido acaba siendo una angustia por mucho que ella se esfuerce en fingir el papel de madre y esposa.

Todos ellos son personajes atormentados, angustiados y conectados a lo largo del tiempo por la novela de Virginia Woolf (el último capítulo es un batacazo en toda regla).

Como último apunte decir, que al igual que en "La señora Dalloway" la acción transcurre en un solo día y en todo momento somos partícipes de los pensamientos de los personajes, lo que ha ratos me resultaba un poco rocambolesco por la narración confusa, con cierta carencia estructural y salpicada de frases estrambóticas. Sin embargo, es una novela en la que es fácil empatizar con alguno de los personajes y que juega bien con las vicisitudes de lo cotidiano.

AutorMichael Cunningham
EditorialEl Aleph
Precio Aprox.Descatalogado
Sentimiento*Un día cualquiera
Valoración
Obtenido enBibliotecas de Barcelona

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