"Mi plan original había sido esperar hasta la noche (noche de reloj, quiero decir, no noche lunar real) y luego colarme cuando todos estuvieran durmiendo. Pero no tenía aire suficiente para esperar tanto."
Hacer comparaciones es odioso, pero hay veces que es inevitable y más cuando un mismo escritor escriben dos libros que se parecen tanto.
Si con la lectura de "El marciano" me lo pasé bien, me reí, sufrí, leía de manera compulsiva y durante toda la historia me parecía que podía pasar cualquier cosa; ahora me encuentro con un relato cuya historia no me acaba de convencer, que aunque lo intenta creo que no tiene el ritmo de la otra novela y que, inevitablemente, durante toda la lectura echaba de menos a Mark Watney.
Las dos novelas se desarrollan en atmósferas no habitables para los seres humanos (Marte/ La Luna) y tienen un personaje conductor que va narrando la historia (Mark/ Jazz). Pero a partir de aquí se diversifican bastante: si en un caso era la lucha por la supervivencia, en este caso la protagonista se ve envuelta en una trama mucho más peligrosa de lo que inicialmente podría suponer.
Jazz es una habitante Artemisa (única ciudad de la Luna) con un pasado conflictivo y que malvive realizando "pequeños encargos" fuera de la ley. Sueña con ser rica y poder vivir cómodamente, con tener un cuarto de baño propio... por ello cuando un cliente le ofrece una cantidad de dinero asombrosa por cometer un delito, no se lo piensa mucho.
Sin embargo, lo que parecía un plan más o menos infalible se tuerce y con ello destapa toda una red de subterfugios para controlar un mercado y con ello Artemisa.
Si la trama no me ha entusiasmado, hay que reconocer que el autor hace gala de una muy didáctica manera de presentar conceptos científicos, problemas logísticos que pueden encontrarse en una ciudad artificial o al realizar determinadas tareas en una atmósfera sin oxígeno (es decir, hasta yo he entendido casi todos los problemas que se pueden presentar si alguna vez me voy a vivir a la Luna).
En fin, me esperaba algo más, pero no deja de ser un libro entretenido; ahora entre este y "El marciano" la elección es obvia.
Si con la lectura de "El marciano" me lo pasé bien, me reí, sufrí, leía de manera compulsiva y durante toda la historia me parecía que podía pasar cualquier cosa; ahora me encuentro con un relato cuya historia no me acaba de convencer, que aunque lo intenta creo que no tiene el ritmo de la otra novela y que, inevitablemente, durante toda la lectura echaba de menos a Mark Watney.
Las dos novelas se desarrollan en atmósferas no habitables para los seres humanos (Marte/ La Luna) y tienen un personaje conductor que va narrando la historia (Mark/ Jazz). Pero a partir de aquí se diversifican bastante: si en un caso era la lucha por la supervivencia, en este caso la protagonista se ve envuelta en una trama mucho más peligrosa de lo que inicialmente podría suponer.
Jazz es una habitante Artemisa (única ciudad de la Luna) con un pasado conflictivo y que malvive realizando "pequeños encargos" fuera de la ley. Sueña con ser rica y poder vivir cómodamente, con tener un cuarto de baño propio... por ello cuando un cliente le ofrece una cantidad de dinero asombrosa por cometer un delito, no se lo piensa mucho.
Sin embargo, lo que parecía un plan más o menos infalible se tuerce y con ello destapa toda una red de subterfugios para controlar un mercado y con ello Artemisa.
Si la trama no me ha entusiasmado, hay que reconocer que el autor hace gala de una muy didáctica manera de presentar conceptos científicos, problemas logísticos que pueden encontrarse en una ciudad artificial o al realizar determinadas tareas en una atmósfera sin oxígeno (es decir, hasta yo he entendido casi todos los problemas que se pueden presentar si alguna vez me voy a vivir a la Luna).
En fin, me esperaba algo más, pero no deja de ser un libro entretenido; ahora entre este y "El marciano" la elección es obvia.
Autor | Andy Weir |
Editorial | Nova |
Precio Aprox. | 21 Eur. |
Sentimiento* | Me esperaba más |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
Fe de erratas: en la 1º edición de abril de 2014:
- Pág 100: "Era más fácil limitarse a para preparar un gimo para mí" (¿?).
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