
Un padre que no lee, difícilmente va a motivar a la lectura a su hijo; y los que tienen la lectura como parte de su vida ya predican con el ejemplo y procuraran que los libros formen parte de la vida del "orquito".
Las fórmulas mágicas no existen, lo único que se puede hacer es dar la oportunidad manteniendo los libros siempre al alcance de los/as niños/as.
Pero cuidado, luego no se admiten quejas si se convierten en verdaderos adictos que devoran libros a una velocidad asombrosa y se paran en cada escaparate de una librería (mis padres aún se están dando de cabezazos contra la pared).
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