"Al otro lado de la línea él balbució algo con voz mustia y una tristeza tan honda que me partió el corazón: La verdad es que a mí tampoco me entusiasman ese tipo de actuaciones como me gustaban antes."
Siempre llevo una libreta donde voy apuntando los libros que me parecen interesantes. Normalmente esta lista crece más rápido de lo que puedo leer, por lo que en algunas ocasiones cuando comienzo una nueva novela ya ha pasado mucho tiempo y no recuerdo por qué me pareció tan atrayente.
Y es lo que me ha pasado con este libro de Grossman, según lo cogí pensé que no me sonaba de nada el argumento, después de 50 páginas revisé mi lista por si me había confundido de título (no sería la primera vez), pero no, era el libro que tenía apuntado; sigo leyendo y cada página aumenta mi desconcierto, hasta que llego casi al final y hay un párrafo que me suena... Aleluya!
Desconcierto a parte, no ha sido una gran lectura e incluso me ha aburrido a ratos.
Un hombre se sube al escenario y comienza un espectáculo cómico, sin embargo el monólogo acaba convirtiéndose en una revisión de su infancia y adolescencia. Un recorrido trágico que expone su vida ante el público y el lector (que se convierte en un espectador más, e igual de desubicado que el resto).
Entre los asistentes al monólogo se encuentra un juez jubilado que en el pasado fue amigo del cómico, aunque lo haya olvidado.
Y es precisamente el juez el que nos narra el monólogo de Dováleh. lo que sucede en la sala y con los espectadores.
Al final, el espectáculo se termina, los espectadores se van y la vida continua.
| Autor | David Grossman |
| Editorial | Lumen |
| Precio Aprox. | 18 Eur. |
| Sentimiento* | Baja el telón |
| Valoración |  |
| Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
