"A vegades escolto disimuladament les converses de les taules del voltant, i faig veure que soc un company de la facultat, tot i que soc molt més gran que ells. Duc libres, i he començat a fumar en pipa. Sembla una rucada, però des que sovintejo el laboratori em sento com si formés part de la université. Odio anar a casa a aquella cambra solitària."
Comprender el funcionamiento de la mente es uno de los grandes hitos de la ciencia; desde asignar rasgos conductuales criminales dependiendo de las características físicas y biológicas que propugno Lombroso, a los test que pretende cuantificar el CI (hay diversos estudios que ponen de manifiesto que las diferencias de clase y culturales determinan los resultados), pasando por la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner. Supongo que ahora habrá nuevas teorías que intenten desentrañar los procesos de razonamientos de las personas, pero imaginar que existiera una técnica que hiciera que el sujeto aumentara su CI; esto sería una especie de cura para las personas con diversidad funcional (en el libro, escrito en 1966, se utilizan términos obsoletos como minusválido o deficiente, discapacitado....).
Y, precisamente, esta cura milagrosa quiere aplicarse por primera vez a un ser humano y el mejor candidato es Charlie Gordon, un chico con un CI de 68 que trabaja en una panadería y que su mayor aspiración es saber leer y escribir bien. A través de los dietarios que va escribiendo vemos la evolución que en él se produce, desde escribir como un niño/a de primaría a desarrollar estudios científicos y establecer el Efecto Algernon-Gordon. Pero esto solo es la primera capa, porque durante la lectura de este diario de progreso, Charlie irá recordando su dura infancia en la que su madre no acepta su diversidad, el colegio echa balones fuera, los niños del barrio se burlan de él... pero esto no cesa cuando es adulto, ya que sus propios compañeros de trabajo lo utilizan en demasiadas ocasiones como diana de sus pesadas bromas. Y en el proceso de volverse más inteligente, Charlie irá perdiendo esa neblina que le impedía darse cuenta de los matices y comprenderá que la sociedad no lo considera una persona (ni antes por su CI, ni despuésde la operación ya que se convierte es nun sujeto de experimento).
En el proceso de hacerse más inteligente, Charlie no solo irá comprendiendo cómo parte de la sociedad lo consideraba/veía, además tendrá que madurar emocionalmente (enfrentarse a dilemas morales, al amor, rechazo....); y toda esta evolución provocará que al redefinir el rol de Charlie (ya que es una persona nueva) el resto de personas que interactuando con él vean desequilibrados sus propios roles, lo que provoca enfrentamientos, acusaciones o incredulidad.
Esta novela provoca una montaña rusa de emociones porque pasas de un evento divertido como cuando aprende a utilizar la puntuación, al desamparo de los recuerdos infantiles (maltrato incluido), la soberbia de saber que has superado a los que considerabas mejores, la ira de verte atado por la persona que fuiste y que no ha desaparecido del todo.... Lo dicho, todo un torbellino de sentimientos que pueden sacarte hasta una lagrimilla en las últimas frases (ahora no seáis cafres y no las leáis a destiempo).
Autor | Daniel Keyes |
Editorial | L'Altra Editorial |
Precio Aprox. | 20 Eur. |
Sentimiento* | Pinkie y Cerebro |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
Ah! ¿Y quién es Algernon? pues un ratón de laboratorio al que se le ha aplicado la misma técnica y en el que ha funcionado con mayor eficacia y sin efectos secundarios.
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