"Ted lo abrazó y se dejó caer lentamente a su lado. Observaba la puerta abierta con fijeza, sabía que la zarigüeya entraría de un momento a otro..."
Ted está a punto de suicidarse, lo tiene todo preparado y resuelto; pero justo cuando está a punto de disparar suena el timbre insistentemente. Piensa en dejar que la persona que está al otro lado de la puerta se canse y se marché, pero encuentra una nota con su letra que pone "abre la puerta, es tu última salida".
Abre la puerta y el extraño le ofrece un trato: matar a una persona que ha escapado de la justicia por un error en las pruebas y a un suicida que le estará esperando. Después, le llegará el turno a él y alguien lo matará (evitando así el trauma a su familia de un suicidio).
Con este inicio de novela, ¿quién se resiste? Lo malo es que después se convierte en un intento constante de dar giros y más giros sobre la trama para descolocar al lector y con el recurso de no dar toda la información o darla distorsionada (aunque es lo esperable de este tipo de tramas, eso no justifica cómo va desarrollando la trama que se alarga y retuerce innecesariamente).
Acepto que es ingeniosa la resolución de las dos primeras parte del libro, pero a partir de ese momento pierde gran parte del efecto logrado hasta el momento.
Una vez que sitúas lo que realmente pasaba en ese intento del suicidio pasamos al nivel dos y se inicia una búsqueda por saber qué le ha llevado a ese punto; sin embargo el argumento se va desinflando poco a poco hasta llegar a una resolución medio trágica que ni siquiera logra ser inquietante.
En fin, una lectura rápida, entretenida y que, aunque prometía mucho, ha pasado sin pena, ni gloria.
Autor | Federico Axat |
Editorial | Destino |
Precio Aprox. | 19 Eur. |
Sentimiento* | Desilusionada |
Valoración | |
Obtenido en | Bibliotecas de Barcelona |
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