lunes, 31 de marzo de 2014

Esclavos de la oscuridad (Jean-Christophe Grangé)

Hoy cambiamos un poco de tercio y nos adentramos en un thriller con tintes sobrenaturales, con una trama cuidada y que juega con la ambivalencia de terrenal/sobrenatural.

Aunque no soy muy aficionada a este tipo de literatura he de admitir que he disfrutado durante las casi 700 páginas y que me costaba cerrar el libro, porque quería saber que pasaba a continuación.

Todo empieza con el intento de suicidio de Luc, un policía que estaba investigando una serie de casos de los cuales se encarga ahora Mathieu (su amigo de la infancia).
Durante su investigación, Mathieu, querrá demostrar que su amigo no se suicidio (ya que eso va contra la doctrina cristiana) y a la vez se verá envuelto en varios casos que parecen realizados por Satán.

La investigación le llevará a Francia, Suiza, Italia y Polonia para poder encontrar un nexo común de unos asesinatos complejos, en los que se mezcla su deseo por encontrar a un asesino físico, con el rastro de que algo "superior" está detrás de estos hechos. 
Los primeros indicios demuestran que cerca de los asesinados hay alguien que ha sufrido una experiencia cercana a la muerte negativa, es decir, ha visto al Diablo y se ha aproximado al infierno.

Asesinatos, persecuciones, multitud de sospechosos, la Iglesia, sectas satánicas... muchos elementos para tener una novela trepidante, con una trama cuidada y llena de matices.

Sin embargo, he de reconocer que durante los primeros capítulos el argumento no estaba claro y me parecía todo muy disperso, pero desde el momento en que Mathieu encarrila su investigación todo se sucede a velocidad vertiginosa.
Por otro lado, el final me ha dejado un poco a contrapié y me esperaba otro desenlace, creo que el autor ha pecado de precavido.

A pesar de estos pequeños contrapuntos es una novela recomendable, entretenida y de fácil lectura.

AutorJean-Christophe Grangé
EditorialGrijalbo
Precio Aprox.20 Eur.
Obtenido enEncontrado
Valoración

Fe de erratas: En la edición de julio 2009, las páginas 261, 264, 265, 268, 277, 280, 281 y 284 están impresas mal, están borrosas aunque se pueden leer.

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